Al escuchar la palabra “albinismo” seguramente vendrán a vuestra cabeza imágenes de animales blancos. Hay algunos de estos individuos que incluso se convirtieron en famosos por esta característica, como por ejemplo el gorila Copito de Nieve.
No obstante, una planta también puede carecer totalmente de color, y ser blanquecina o hialina (transparente). A estos individuos les caracteriza la falta de clorofila. El no tener este pigmento les hace ser necesariamente saprofitos, es decir, son heterótrofos que consiguen la energía de la materia orgánica o de los detritos desechados por otros seres vivos.
En las orquídeas que normalmente no tienen clorofila, como Epigogium aphyllum y Neottia nidos-avis, los casos de albinismo son raros. En otros géneros como Cephalantera y Epipactis se han señalado algunos hechos excepcionales de albinismo. Se cree que en estos casos la causa sea una acción particularmente virulenta de los hongos endófitos, socios en la simbiosis.
Por esta misma razón, cuando la expresión de algunos pigmentos se bloquea, puede suceder el fenómeno conocido como hipocromía. Al contrario, cuando se da una expresión anormalmente intensa de los pigmentos, se habla de hipercromía. Hablaremos de estas anomalías de color en la publicación de la semana que viene.
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